jueves, 13 de febrero de 2014

Ficciones necesarias: El protagonista.

                El trabajo es una fuente de autoestima muy importante. Fundamentalmente porque nos da la oportunidad de actuar, de intervenir, en un ámbito que controlamos y hace percibirnos como alguien eficiente, que puede controlar el ambiente, y por tanto su vida. Las tareas del trabajo son pequeños o grandes éxitos que refuerzan nuestra "ilusión de control" sobre el mundo.


                También de forma indirecta, el trabajo nos proporciona un refuerzo económico y social muy importante. Pero de momento, me voy a centrar en esta "Ilusión de control sobre nuestro mundo" Es algo que aprendemos desde pequeños, en el momento que cogemos un juguete, lo tiramos del carro, nuestro papa lo recoge y nos lo entrega de nuevo. Pensamos; Esto está chupado, yo actuó y el mundo responde... Los tengo dominados a todos...

                El mayor golpe que recibe un desempleado, es sentir que no tiene control sobre el ambiente, que está a expensas del viento. A medida que va pasando el tiempo y no encuentra trabajo, va perdiendo la capacidad de "sentirse protagonista de su película, de su vida". En lugar de sentirnos Tarzán, nos convertimos en el negro con el fardo en la cabeza, que siempre se lo come el león, o se cae por el precipicio.

                Descubrimos que no somos el protagonista y que nunca lo hemos sido. El sentirnos protagonistas  es una ficción pero debemos creer en ella; es necesaria para mantener a salvo nuestra autoestima y nuestra capacidad de actuar, y diré más, actuar como héroes.
 
                Algo básico que he aprendido es que: Para llegar a ser un león, primero hay que quererlo, creerlo y comportarse como tal. Tal vez, con suerte y mucho trabajo un día te des cuenta de que has vivido y lo has sido; al menos la mayor parte del tiempo, porque los valientes no lo son siempre...


                Perdónate cuando no lo seas y prepárate para serlo en la próxima oportunidad.

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