Hace
unos días una clienta: Ingeniera, en busca de un puesto de alta cualificación y
responsabilidad me sorprendió con la siguiente pregunta. ¿Supone un obstáculo,
un hándicap, el tener cuarenta y tres años, para encontrar trabajo?
Sin
duda, mi respuesta ante su caso en particular fue un rotundo no, posiblemente
para un puesto como directora de departamento sería de las candidatas más
jóvenes. Posteriormente
pensando en la situación del mercado laboral y la cultura empresarial española
en particular:
Muchas
empresas en la actualidad están realizando una fuerte restructuración de
personal, si no desapareciendo directamente. Lo que supone que muchos
profesionales en pleno apogeo de su carrera profesional, de más de cuarenta años
se ven avocados a la búsqueda de empleo. Circunstancia que está suponiendo como
poco, una transición y en casos más graves una crisis profesional y vital.
La
característica más importante de la búsqueda de empleo es la incertidumbre
sobre el futuro, esto unido a la edad, y a las nuevas demandas de competencias
que nos pueden exigir los puestos a los que optemos, demandas que podemos tener
oxidadas o que son totalmente nuevas. Puede hacer surgir el miedo, incluso
pánico en muchas personas. Lo cual sí puede resultar un hándicap
psicológico y auto-impuesto.
¿Puede ser que las empresas, por determinados prejuicios, o simplemente para tener menos candidatos, recorten por la edad y que sea una práctica tan habitual que esta variable suponga un problema para la inserción profesional de este colectivo?
¿Puede ser que las empresas, por determinados prejuicios, o simplemente para tener menos candidatos, recorten por la edad y que sea una práctica tan habitual que esta variable suponga un problema para la inserción profesional de este colectivo?
En la
cultura occidental llevamos muchos años mitificando la juventud, uniendo esta
cualidad, que no tiene ningún mérito, con todo lo bueno de la vida, belleza,
alegría, motivación, inteligencia, dinamismo, nuevas tecnologías.
La
última: "los nativos digitales", los que tienen menos de 35 tienen
capacidades mágicas en el misterioso mundo 2.0. Hace falta ser tonto, para
creerse algo así. El que sabe comunicarse le da igual lápiz y papel, las redes
sociales o un blog, solamente son herramientas, solamente necesitamos una
actitud abierta al aprendizaje, y ponernos al tajo.
Desde
aquí, reto a cualquier persona que me indique una cualidad que tenga la juventud
(aparte de menos años, obviamente) que sea más positiva para la empresa y que
no la pueda tener una personas de más de 40 años.
Sin
embargo sí hay una cualidad muy importante que tenemos los "sénior"
los "adultos" profesionalmente hablando y es: la inteligencia operativa, el ojo clínico,
detectar casi automáticamente, donde está la causa del problema y saber qué
pasos dar para poner en práctica la solución. Es algo que solamente lo
proporciona la experiencia.
Una
persona de 20 años puede ser campeón en una olimpiada matemática, igual que una
de 50, pero nunca podrá ser tan buen médico, fontanero, director de equipo de
ventas o gerente. Simplemente porque no ha tenido tiempo de desarrollar y
automatizar todos los procesos cognitivos necesarios para la práctica de su
profesión. Solamente enfrentándose, una y otra vez, a los problemas que se
plantean en el día a día de un oficio, puede aprender a diagnosticar y a poner
en práctica las soluciones adecuadas, con rapidez y eficacia.
Donde
mejor se aprecian los efectos de la experiencia es precisamente en los trabajos
manuales, en la inteligencia psicomotriz (la que se utiliza para el uso herramientas
u objetos físicos) pese a que los trabajos físicos "parecen más adecuados
para personas jóvenes". Obsérvense a dos albañiles trabajando el yeso uno
de 50 y otro de 20 años. El primero; mínimo movimientos requeridos, sin
esfuerzo, gracilidad, por eso resulta tan hipnótico el ver a alguien que
trabaja bien, es como ir al ballet. El de 20 años está en una pelea a brazo
partido con el yeso, termina exhausto, con yeso hasta en las orejas y encima su
rendimiento objetivo es pésimo en relación a su compañero.
En
muchos trabajos no hay teoría que aprender, en especial en todos aquellos en
que las tareas están menos definidas, como pueden ser la gestión de personas o
toma de decisiones. Solamente
practicando se aprende, para lo que es necesario el tiempo y la experiencia.
Así que
pido a todos los responsables de selección de personal que no se dejen llevar
por los estereotipos sociales, que seleccionen a las personas en función de sus
capacidades, competencias, actitudes. Detrás de cada currículum hay una persona
y debemos tener una justificación ética para la elección de la más adecuada
para el puesto. No podemos contribuir a que se tome como verdad algo, que solamente son prejuicios.
Nosotros también tendremos 50 años y el mercado laboral es muy "flexible".
Muy bueno este artículo. Absolutamente genial. Casi todos nos dejamos llevar por los estereotipos y la corriente social y no se valora lo que realmente importa y quizá pueda ser más beneficioso para la empresa.
ResponderEliminarAna Pilar, muchas gracias. Cada vez que sale por la tele alguna etiqueta nueva, se me llevan los demonios. La última; Knowmad o algo así, y lo sacan en el telediario, Nomadas del conocimiento. Se les atribuyen un montón de cualidades, se crea un estereotipo que nada tiene que ver con la realidad. Saludos.
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